Diálogos improbables: encuentros remotos entre mujeres muy poderosas

¿Qué pasaría si mujeres de la misma edad pero con grandísimas diferencias en privilegios entablan conversaciones reflexionando sobre la relación que tienen con su cuerpo, la idea de sexualidad y la educación sexual que han recibido desde su contexto particular colombiano?

Redacción y compilación por Juliana Mateus y Juana Villate

Eso es exactamente lo que fueron los Diálogos Improbables, encuentros remotos entre estudiantes de economía pertenecientes al colectivo de mujeres MIA , Poderosas de Urabá y Baruleras Poderosas, llevados a cabo el mes pasado en forma de Instagram Live.

Ahora bien, Poderosas es una fundación de Educación Integral para la Sexualidad en derechos sexuales y reproductivos para jóvenes en poblaciones de alta necesidad. Ellas en su trabajo en Urabá y Barú abogan porque todas y todos los jóvenes tengan poder de decisión libre e informado sobre su cuerpo, su sexualidad y su vida. De manera que su presencia en estas regiones ha traído grandes beneficios sobre las comunidades, los núcleos familiares y sobre la relación de las jóvenes con su cuerpo.

De este modo, la fundación les brinda una serie de herramientas a las jóvenes en aras de convertirlas en lideresas en su comunidad para seguir deconstruyendo los tabúes que rodean la sexualidad en estas regiones.

Como bien contaba Silvia García, lideresa Poderosa de 17 años en Carepa, hablar de sexualidad le permitió cambiar la concepción que tenía sobre lo que era; le permitió tener una mejor relación con su cuerpo y estar en un círculo de mujeres muy especial. Actualmente, Silvia brinda esa información a otras mujeres de su comunidad (con charlas, talleres y encuentros virtuales), las apoya en sus derechos a decidir sobre su sexualidad y sobre sus derechos como mujeres.

Del otro lado de la conversación se encuentra MIA, colectivo de mujeres estudiantes de economía en la Universidad de Los Andes, que como Poderosas, trabajan desde la educación en pro de la equidad de género y del reconocimiento de las mujeres como sujetos de derechos.

A medida que Silvia contaba sobre como Poderosas había impactado positivamente la percepción de su cuerpo; Sofía Castillo, estudiante de economía e ingeniería industrial parte de MIA, comentaba como en Bogotá, las clases de educación sexual fueron básicas en términos de biología en primaria y enfocadas a la planificación en bachillerato; más no se habló del placer femenino y la forma en la que se puede vivir una sexualidad plena. Mientras que en Carepa, Silvia comenta que la educación sexual no se dio en su colegio, ya que se enseñaba únicamente sobre los aparatos reproductivos de los hombres y las mujeres. Es evidente que la educación integral en sexualidad va más allá de la reproducción; para Silvia, gracias en parte al rol que ha tenido Poderosas, la sexualidad significa:

“El conjunto que hace parte de nuestro cuerpo: la menstruación, los sentimientos, lo que somos, queremos ser, lo que sentimos. No se puede decir que es sexualidad porque son muchas cosas que se juntan en una sola palabra”.

En este encuentro tanto Silvia como Sofía concuerdan en que es importante involucrar a los hombres en las conversaciones sobre sexualidad pues así como las mujeres hemos tenido información falsa y contradictoria, los hombres también. Si los hombres tienen esta información, pueden ser mucho más abiertos con las mujeres. De esta manera, el futuro de Poderosas es formar también a los hombres, nunca han sido excluidos, pero es necesario hacer talleres para educarlos en las cosas que les han enseñado a las mujeres.

Finalizando este encuentro Silvia nos cuenta como Poderosas le cambió la vida, pues después de conocer Poderosas se dió cuenta que quiere estudiar derecho y seguir luchando por hacer este proyecto más grande:

“Quisiera gritar todo lo que sé para que todo el mundo lo sepa”.

En otro Diálogo improbable, Wendy Paola Barrios, Poderosa de Barú de 18 años estudiante de psicología nos cuenta que aprendió en Poderosas a reconocer sus derechos, a valorarse como mujer y a respetar su cuerpo. Culturalmente en Barú hablar de sexualidad es un tabú y las mujeres desconocían muchas cosas; gracias a los talleres, Poderosas le abrió la puerta para conocer su cuerpo:

“No hay nada más gratificante que aprender, y mejor si es aprender sobre nosotras mismas”

A medida que Gabriela Bulla, estudiante de economía integrante de MIA, para Wendy era cada vez más evidente que la base para llegar con Poderosas a la familia fue hablar sobre la copa menstrual, un tema tabú en la comunidad; pues está el pensamiento de que la copa menstrual quita la virginidad. Al entender que la virginidad no define el valor de las personas y que la copa no tiene que ver con esto, las Poderosas pudieron crear un círculo de madres para que aprendieran sobre educación sexual, según Wendy las madres salieron con un pensamiento completamente diferente y ahora apoyaban más a sus hijas en este proyecto, fue un impacto positivo para ellas. Se sentían libres de usar la copa menstrual libres de hablar con sus mamás de cómo se sentían. Cambió el estigma que ellas tenían y eso generó un núcleo de confianza en la comunidad y en las familias. Como nos cuenta Wendy:

“Con esta red de sororidad aprendieron que como mujeres somos más juntas que separadas”.

Aunque la diversidad de temas fue predominante en estos diálogos improbables, en cada uno de los espacios siempre predominó ese intercambio de conocimiento y experiencias sobre ser mujeres dentro del contexto colombiano.

Karoll Plaza, otra Poderosa, esta vez de Urabá, estudiante de 11 grado y personera de su colegio, en compañía de Andrea Durango, estudiante de economía, tuvieron la oportunidad de dialogar sobre ser mujer en cada uno de sus contextos. Estas dos mujeres reconocieron cómo las costumbres machistas pasan de generación en generación sin aceptarlas como comportamientos desiguales cuando en verdad lo son.

Asimismo, dentro de esas costumbres se forman pensamientos y tabúes en la sociedad que impiden una equidad real. Sobre esto, Karoll nos comentaba frente al desconocimiento de la menstruación en Carepa, donde se piensa que cuando una mujer tiene la menstruación no puede acercarse a un bebé porque lo puede enfermar. Lo cual, refleja esta desinformación de temas relacionados con la sexualidad dentro de contextos regionales mayoritariamente machistas, que impiden el libre desarrollo de los jóvenes. Para Karoll esto se deriva de presiones sociales y lo resumió en la siguiente frase:

“La presión social de lo que se considera bueno y malo en la sociedad hace que los jóvenes no quieran conocer más acerca de temáticas básicas como menstruación, sexualidad y anticonceptivos, por miedo a ser juzgados”.

Un último diálogo entre Gabriela Castañeda, como estudiante parte de MÍA y Kenlly Navas, poderosa de Cartagena, deportista y estudiante de arquitectura, dejó aprendizajes en

cuanto al ser mujer en espacios dominados por hombres. Kenlly desde su experiencia estudiando arquitectura y como squashista, habló de ejemplos donde ha identificado esa minimización del rol de las mujeres en espacios que idealmente deberían ser equitativos. Contó como en su trabajo de campo de arquitectura, las mujeres son elegidas después de los hombres, a pesar de tener las mismas o mejores habilidades que sus compañeros hombres. Kenlly explicó también que, en su experiencia en los grupos, usualmente se hacen hombres con hombres y que percibe que esto se da por la percepción masculina de que las mujeres somos más lentas y distraídas representando un obstáculo en el desarrollo de la actividad.

Sin embargo, tanto Gabriela como Kenlly reconocieron que es posible como mujeres poderosas, tomar un rol de cambio desde eliminar ciertos pensamientos de los hombres y desde un apoyo entre mujeres. Kenlly contó cómo en el squash han abierto nuevas categorías femeninas de la mano de su profesor y cómo ella ha tomado ese rol de cambio, definiéndolo así:

“Yo me siento parte de ese grupo de mujeres que luchan por el cambio y he empezado desde mi casa, intentando cambiarle el chip por ejemplo a mi mamá”.

Como conclusión, los 4 diálogos improbables desarrollados abrieron espacios para hablar de eso que no se habla. Fueron el mecanismo para dialogar de temas como el feminismo, la equidad, las oportunidades y enriquecieron y lo más valioso, dialogar desde perspectivas y contextos tan diferentes, pero a la vez tan similares desde lo que significa ser mujer. Abrir espacios donde se intercambien experiencias entre estudiantes de la Universidad de los Andes y estudiantes, deportistas, lideresas de regiones como el Urabá y Barú, permiten acercar realidades que muchas veces son distantes. Además, un acercamiento a través de un cuestionamiento de lo que representa ser mujer en cada uno de los contextos y dentro de diversos temas contribuye a la visibilización de temas que callamos como sociedad. Temas que son importantes para alcanzar una equidad real, duradera, donde las mujeres reconozcamos y mostremos al mundo la poderosa que llevamos dentro.

¡Muchísimas gracias a Poderosas y MÍA por habernos compartido las experiencias y aprendizajes de los Diálogos improbables!

Para aportar a los programas de Poderosas en su función como fundación en temas de derechos reproductivos ingresa acá

Síguelas en Instagram como @poderosascolombia y @mia.uniandes

Redacción y compilación por:

Juliana Mateus

Co-directora de Emprendimiento en WIB

Administradora de empresas en formación

"Estoy en WIB porque es un espacio empodera y visibiliza a la mujer: su lucha, sus ideas, sus derechos y sus capacidades y desde lo que soy y creo, veo en esto una forma de contribuir en el camino hacia una realidad más equitativa".

Juana Villate

Co-directora de Emprendimiento en WIB

Diseñadora y administradora en formación

"Estoy en WIB porque creo que las mujeres podemos trabajar juntas hacia un futuro no sólo interseccionalmente más equitativo, sino logrando una mayor participación de la mujer en la toma de decisiones de todos los procesos de diseño que acompañan nuestra cotidianidad".