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Pinchaos by Cristina Villegas

Actualizado: 17 sept 2020



Mi nombre es Cristina Villegas Giraldo, tengo 22 años y soy estudiante de Diseño con opción textil en la Universidad de Los Andes. Desde muy chiquita he usado el arte y las manualidades para expresarme, amo el color y la ilustración y estoy convencida que una imagen vale más que mil palabras. Soy colombianísima y me apasiona la cultura de mi país, creo en el poder del humor como una herramienta para conectar y sanar, y tengo un emprendimiento que se llama Pinchaos que reúne todo lo que soy.

Pinchaos empezó “sin querer, queriendo”. En mis planes no estaba montar un emprendimiento, mucho menos en la mitad de mi carrera, pero como la vida da mil vueltas, lo que empezó como un medio para recolectar recursos, terminó siendo una marca rentable y que poco a poco ha ido ganando reconocimiento.


Todo empezó en una de mis clases de la universidad, en donde el proyecto final fueron unos botones de colores, que quedaron tan lindos, que con mi grupo pensamos en la posibilidad de hacer más para poner en nuestras maletas. La idea se quedó en palabras y no hicimos los botones, hasta que meses más tarde, cuando era voluntaria de un campo de verano en el que íbamos a llevar a 25 jóvenes colombianos a conocer el mar, tuve que retomar la idea para poder conseguir el millón de pesos que necesitaba aportar para el campo de verano. La idea era que cada voluntario consiguiera los recursos pidiendo donaciones a grandes empresas, pero como yo nunca he sido muy buena para eso, decidí hacer 500 botones y venderlos “a lo que me quisieran dar”.



Desde el principio supe que quería que los diseños estuvieran relacionados con Colombia, siempre he sido fan #1 de este país, me mueve su gente, sus colores, sus sabores y su folklore, y además, vengo de una familia paisa en donde la mitad de las conversaciones están compuestas por dichos y refranes coloquiales. Me senté al fondo del salón durante una clase, y en una sentada hice catorce diseños para poner en los botones, salí de la clase directo al cajero y saqué toda la plata de mi mesada, esa tarde los mandé a hacer y a los tres días los empecé a vender. Nunca me imaginé que fueran a tener tanta acogida, empecé vendiendo en mi conjunto, en reuniones familiares y en los pasillos de la universidad, a los pocos días vendí todo y recogí la plata que necesitaba, y todavía me seguían pidiendo. La oportunidad era clara entonces empecé a hacer más botones y más diseños.

Desde entonces, Pinchaos ha ido creciendo cada día, a los pocos meses de empezar, decidí hacer nuevos productos, porque eso es lo mejor de la marca, que los diseños son muy versátiles y se adaptan a casi cualquier tipo de producto, son expresiones coloquiales, frases cortas acompañadas de una ilustración en un fondo de color. El producto insignia son los botones, pero aparte de eso también hacemos stickers, grips para el celular, forros, cachuchas, cuadernos y camisetas.



La inspiración de Pinchaos está en todas partes, en una conversación entre amigos en la calle, en un salón de clase, en un noticiero, en un meme, en un grupo de whatsapp, etc. Los colombianos prácticamente tenemos nuestro propio idioma y es muy chévere poder explotar eso que nos hace “tan nosotros”. Por otro lado, siento que Pinchaos es un reflejo de mi misma, este emprendimiento ha ido creciendo conmigo y desde el principio le he puesto mi sello en los diseños, en las frases, en los colores, en la estética y en el humor. Sin embargo, esto ha sido un gran desafío también, tener un emprendimiento sola en mitad de mis estudios ha significado sacrificar muchas cosas, principalmente horas de sueño.


Cuando uno emprende solo se tiene que organizar y multiplicar, en Pinchaos yo soy la diseñadora, publicista, contadora, comunicadora, fotógrafa, servicio al cliente, empacadora, vendedora, y todo lo que se les ocurra. Afortunadamente he tenido la ayuda de mis papás, que cómo ellos mismos se han denominado, son los gerentes generales de operaciones terrestres (o sea, los que llevan los domicilios). Todo este proceso me ha enseñado muchas cosas y me ha hecho crecer como persona, el mayor aprendizaje ha sido delegar, uno no es bueno para todas las cosas y está bien pedir ayuda, personalmente me he dado cuenta que soy muy despistada, lo cual me ha servido mucho para diseñar porque me hace más creativa, pero no ha sido tan bueno para manejar las finanzas o contestar los mensajes de los clientes.

Pinchaos ha sido una montaña rusa para mi, con altas y bajas. Hay muchas cosas de un emprendimiento que no se aprenden de un libro, sino que se aprenden con prueba y error. Si pudiera darle un consejo a un emprendedor sería ser constante, especialmente en redes sociales. Todo funciona con algoritmos, y entre más movimiento haya en las redes, más interacciones va a haber, lo que le va a dar más visibilidad en el futuro. Esta fue una falla que tuve hace un tiempo y apenas nos estamos recuperando de eso. El año pasado me fui a mochilear por Asia y por unos meses dejé de publicar en Instagram, las ventas bajaron y el número de seguidores se congeló, ahora que volví estoy retomando el uso de redes y poco a poco se ha visto una mejora en las ventas y las visitas a la página web. Cada acción que uno toma tiene un efecto en un emprendimiento, pero con el tiempo he aprendido a ver todo de forma positiva, hasta los errores que uno comete se vuelven aprendizajes que ayudan a crecer a la marca.

A todos los emprendedores o personas que quieren emprender les quiero decir que no tengan miedo de lanzarse al agua, es más lo que se puede ganar que lo que se puede perder. No hay nada que venda más que una persona convencida de lo que vende, hay mercado para todo, solo hay que meterle verraquera y el sello personal. Se los digo yo que empecé vendiendo botones a $3,000.

Si quieren conocer más de Pinchaos o de mi no duden en stalkearnos en Instagram, cualquier like o comentario que se les enrede en el camino también es muy bienvenido.


@pin_chaos

@cristinavillegasg

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